¿EN QUÉ CICLO DE LA VID ESTAMOS?
Desde mediados del verano comienza el ciclo de la maduración de la vid, donde la uva aumenta continuamente su tamaño y va cambiando de color hasta llegar a su tonalidad final, es lo que conocemos como “envero”. En las uvas blancas, el color pasa del verde al amarillento y en las uvas tintas, éstas van adquiriendo un color rosado que poco a poco se irá oscureciendo. Éste también es un momento crítico para la bodega ya que realiza las primeras estimaciones de la producción futura de la cosecha.
Durante este proceso también se producen cambios fundamentales en la uva tales como la caída de la acidez, el incremento de los azúcares en la pulpa y aparecerán los compuestos que participarán en el aroma, color y estructura concentrados en la piel. La cantidad de azúcar determina la cantidad de alcohol que posteriormente tendrá el vino de esas uvas. Para saber si la uva está lista para ser vendimiada, el enólogo toma muestras y las prueba en campo como también las analiza en el laboratorio para ver si se han alcanzado los niveles de azúcar, acidez y otros componentes deseados.
Al final de este período se produce la vendimia, es el fin de ciclo, es decir, aquí “culmina” el ciclo de la vid. La vendimia es un trabajo delicado, es cuando se selecciona el fruto para trasladarlo con cuidado hacia la bodega para la elaboración del vino. Muchas veces se cosecha a primera hora de la mañana o a la noche porque está más fresco y así no suceden fermentaciones espontáneas. La cosecha puede ser manual o mecánica.